Oh mi querida y señora
madre
Que desde niño me vestías
Y que a vivir la vida me enseñaste
Que desde pequeño me instruiste
Y me guiaste con sabias y hermosas palabras
Aun hasta el día de hoy observo con lentitud tu forma de ser
Quizás a veces te encuentro un tanto antipática,
Cargante e injusta pero con eso aprecio tu amor
Ya que aun así son enseñanzas duras de decir pero
Hacen funcionan a lo que tu llamas mi motor
Jamás cambies oh madre mía
Ya que sin ti yo no viviría
Te necesito hoy y siempre
Y por todos los días te amare
Desde enero hasta el fin de diciembre.
Incluso hasta el fin de los meses.
Luis González.
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